viernes, 22 de abril de 2016

un aroma, una canción, un recuerdo, una emoción. Una lágrima contenida, un mensaje no enviado, unas ganas inmensas de decirte cuánto te amo.
Todo lo que construímos, una felicidad eterna, una felicidad efímera. Una voz que llega a lo más oscuro de mi alma, que toca la fibra más sensible de mi piel y que genera una helada desde el centro hasta mi coronilla. Mis pies firmes, y Youtube cortándome la emoción con su publicidad de mierda.