lunes, 16 de agosto de 2010

ACABAR

O Terminar, finalizar. Suena tan simple. ¿Realmente es Terminar? Porque lo que termina nunca termina. Porque de todo lo que termina, de todo lo que acaba, siempre quedan recuerdos. Y los recuerdos te dicen, de una forma u otra, que lo que se acabó nunca se terminó. Por algo están ahí. Porque uno quiere, porque no puede despegarse de lo que quiere terminar, o de lo que se supone que Terminó. O porque fue muy lindo, o porque realmente Es lo que querés. O necesitás. Aunque algo no termina si Nunca Empieza. Y si nunca se empieza, ¿Cómo se termina? O no termina. O para mí no termina, o Para Vos nunca Empieza. Es que jamás se sabe cómo terminamos, porque es tan incierto -y me encanta que lo sea- pero me marea. Todo depende de dónde coloco el punto final. O el punto y aparte, o los puntos suspensivos. Entonces no acabaría, pero si acabaría, y no quiero acabar. Porque no quiero nuevamente volver a empezar. Es luchar contra las ganas, contra la costumbre, es luchar para no empezar. Y es disfrutar al acabar. Disfrutar al terminar.